Reniego del mundo, de la sociedad que me guió desde el nacer. Reniego de sus costumbres, de sus valores que me moldearon por sufrir su imposición de poder. Reniego de su autoridad, de sus obligaciones que me coartaron en toda mi crianza. Reniego de su bastarda cultura, de sus dogmas guiados por la sed de servidumbre y sometimiento. Rechazo lo que me formó porque rechazo los vicios mismos que me regalan continuamente. Escupo frente a todos la mierda y el odio contenido ante tantos castigos, ante tanta presión social. Reniego del bien, también del mal. No soporto sus tontas creencias que hacen de nuestra voluntad muerte y de nuestra muerte un borrego fiel y agradecido por darnos nada. Rompo con la mierda. Con el consumo doy un paso al lado, para poder analizarlos de mejor manera, para poder atacarlos, ver una doble efectividad, porque reniego eternamente de su pasividad que consume las disposiciones más nobles en la comodidad alienante de la civilización. Mato mis miedos ya que son producidos como medios de control por ellos, los mismos dueños y fieles siervos del capital, en todos aquellos que hablen el mismo idioma del sometimiento.
-Texto de Sebastián Oversluij (Pelao Angry), extraído del libro 'Fuego de Vida: Memorias del compañero Sebastián Oversluij Seguel'.
